La empresa de servicios y soluciones tecnológicas Quental nos informa sobre cuales son los principales riesgos de las apps, haciendo especial hincapié en la necesidad de una mayor concienciación sobre los peligros derivados de la descarga e instalación de apps, especialmente aquellas destinadas a los dispositivos móviles.
Los smartphones se han convertido a día de hoy en la principal vía de acceso a internet, una tendencia que seguirá acrecentándose en el futuro, permitiendo usar o acceder a un importante número de servicios. Sin embargo, estos servicios, pueden comprometer la seguridad de la información generada y almacenada.
¿Peligra nuestra Privacidad?
Algunas de las aplicaciones más populares comercializan la información de un usuario (donde se incluyen desde datos personales hasta costumbres, gustos, hábitos, contactos y más) obtenida a partir del dispositivo móvil donde se ha realizado la instalación.
Desde Quental, que ya cuenta con años de experiencia y conocimiento en el sector digital, nos advierten del peligro que supone la aceptación de las políticas de privacidad de la apps. Comentan, que según un reciente estudio, sólo el 61,3 % de las aplicaciones más descargadas para móviles cumplen con el marco legal aplicable y disponen una política de privacidad, que regula el uso y tratamiento de los datos personales del usuario final.
Estos contratos, que raramente alguien se lee en su totalidad, generalmente se aceptan en detrimento de los derechos de privacidad del usuario. Por estos motivos, es importante revisar qué permisos solicitan las aplicaciones de los móviles cuando se instalan, así como no compartir contraseñas a través de ellas.
¿Qué podemos hacer para evitar estos riesgos de las apps?
Lo cierto es que siendo sinceros, yo mismo incurro en esta mala práctica, apenas nos detenemos a leer la Política de Privacidad o el apartado de Términos y Condiciones de las aplicaciones móviles que instalamos. Demasiado texto, y letra pequeña para leer, cuando lo único que nos interesa es descargar, instalar y comenzar a utilizar una app concreta.
La solución pasa por habituarnos a leer esta documentación antes de la descarga de nuestra app, así al menos seremos conscientes de lo que estamos autorizando a hacer con nuestros datos personales y hábitos. Es posible que en muchos casos estos documentos sólo estén disponibles en inglés, si no se domina este idioma siempre se puede recurrir a un traductor en línea que nos dará una traducción literal pero suficiente para interpretar que derechos estamos cediendo.