Imaginemos que nos encontramos de viaje con nuestra familia en los Estados Unidos. De pronto, nos surge la oportunidad de extender nuestro viaje comprando boletos para ir a Canadá. Uno de nuestros familiares se ofrece a pagarlos, pero, cuando trata de acceder a la plataforma web para adquirirlos, se encuentra con que no puede navegar en ella porque se trata de una plataforma mexicana, mientras que su IP actual es estadounidense.
Esta es una de esas situaciones en las que resulta útil contar con los servicios de una VPN. Una VPN México permitiría a esa persona conectarse desde una IP mexicana y acceder a la web de venta de boletos sin la menor dificultad, igual que si estuviera en pleno centro de CDMX. Sin embargo, todavía hay gente que no tiene una VPN instalada en su celular, por lo que debemos encontrar la manera de compartir una VPN con esa persona.
Este ejemplo es representativo de una amplia variedad de situaciones en las que podemos necesitar compartir una VPN con alguien más. En este caso se trata de una circunstancia puntual, pero también puede haber otros contextos en los que debamos compartir una VPN de manera permanente durante meses o años. En ambos casos hay soluciones a nuestra disposición para permitir a otra persona el acceso a una cuenta VPN. Vamos a resumir a continuación las principales formas de hacerlo.
Primera solución: compartir un plan VPN
La manera más sencilla de compartir una VPN pasa por contratar un plan que permita cubrir múltiples dispositivos dentro de una sola suscripción. La mayoría de los planes VPN permiten elegir opciones donde una única cuenta nos habilita para proteger un amplio número de dispositivos. Dependiendo de la cantidad de dispositivos que entren dentro de la suscripción, pagaremos más o menos por ella.
A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de planes colectivos para las VPN. El más común es el plan familiar, que suele estar diseñado para proteger 5 o 10 dispositivos con una misma cuenta. De esta forma podremos conectarnos de manera segura desde las distintas computadoras, celulares y tablets en un mismo hogar. En nuestro ejemplo inicial, el familiar que quiere pagar los boletos ya tendría su VPN instalada.
En caso de que se necesite compartir una VPN con más dispositivos –hablamos de veinte, treinta, cien dispositivos diferentes–, lo más habitual es optar por un plan empresarial. Este tipo de planes están diseñados para empresas y grandes organizaciones que cuentan con una plantilla muy extensa y, en consecuencia, con un número de dispositivos mucho mayor. El coste por dispositivo es menor, pero la tarifa total es superior a la del plan familiar.
Segunda solución: habilitar un hotspot
La segunda solución pasa por redirigir la conexión de la persona que necesita conectarse a través de una VPN, y usar un dispositivo con VPN como intermediario. Por ejemplo, si la persona que quiere comprar los boletos del viaje a Canadá no tiene una VPN en el celular, nosotros sí, podemos ir a la configuración Wi-Fi de nuestro teléfono y habilitar un hotspot. Esto permite a esa persona conectarse a nuestro celular.
Nuestro celular debería estar conectado usando una conexión de datos 4G o 5G para poder habilitar su conexión Wi-Fi y permitir que otros usuarios se conecten a su red. Si el teléfono está protegido por una VPN, todo el tráfico entrante y saliente del dispositivo estará cifrado
gracias al sistema de encriptación de la red privada virtual. De este modo, cualquier familiar que se conecte a ese teléfono podrá navegar online de manera segura.
Esto es muy útil en el ejemplo que hemos mencionado, pero también en muchas otras circunstancias. Por ejemplo, no es seguro hacer compras con la tarjeta de crédito desde la red Wi-Fi de un hotel o de una cafetería. Si un familiar o una amistad necesitan hacer una compra cuando no tienen acceso a una conexión 4G, pueden conectarse a nuestro dispositivo a través de un hotspot Wi-Fi y realizar la compra bajo la protección cifrada de la VPN.
Tercera solución: instalar la VPN en un router
Otra alternativa pasa por instalar la VPN directamente en un router. Esto no nos servirá en el caso de que estemos de viaje, claro. Pero puede ser muy útil si lo que queremos es proteger el tráfico de un número de dispositivos muy amplio dentro de una ubicación específica. Y es especialmente conveniente si esperamos que buena parte de estos dispositivos sean ‘invitados’, por ejemplo celulares de clientes que solo nos visitarán de forma ocasional.
Instalar una VPN en un router tiene la ventaja de que nos puede ahorrar bastante dinero en nuestro plan VPN. En lugar de instalar una VPN en 20 dispositivos diferentes, podemos sencillamente instalarla en nuestro router y hacer que la conexión Wi-Fi al completo quede protegida. Y esto, además, nos servirá además para proteger todos los dispositivos IoT que estén conectados a esa red, como asistentes virtuales o televisores inteligentes, que de otro modo podrían quedar expuestos frente a los hackeos.